Métodos de relajación en el aula: La bola de fuego. (Primaria)
Forma para ayudar a relajar a los niños en el aula mediante la imaginación: "La bola de fuego".
La Bola de fuego.
Cada profesor/a adapta la técnica al vocabulario adecuado para los niños, haciendo durar la relajación el tiempo que el propio grupo de alumnos le vaya marcando. Es preciso ir repitiéndolo a lo largo del curso para que los alumnos saquen provecho y aprendan a relajarse.
"Ahora vamos a hacer un juego de relajación. Vamos a jugar con la imaginación. Es mejor cerrar los ojos, aunque quien quiera puede seguir teniéndolos abiertos.
Vamos a imaginarnos que detrás de nosotros tenemos una bola de fuego. Una bola de fuego que no quema y que tiene unos colores muy bonitos, rojos, anaranjados y un poco de violeta por fuera. Es una bola grande y notamos un poco su calor por la espalda. Tiene un fuego que no quema.
Poco a poco esta bola de fuego se acerca a nosotros y vamos notando el calorcito por la espalda. Se va acercando, acercando hasta que la tenemos casi tocando nuestra espalda y notamos el calor.
Después la bola quiere abrazarnos y saca unos aros de fuego que nos rodean la barriga, el vientre, como un cinturón. Es un fuego amarillo y naranja y no pasa nada porque notamos su calor y no quema nada, nada. Después notamos cómo poco a poco esos aros van subiendo hasta alcanzar nuestro pecho (.....), nuestros hombros (....), e incluso llega a rodear nuestra cabeza.
Ahora nos sentimos muy bien porque estamos dentro de esa bola de fuego. También las piernas y los pies están dentro de ese color naranja y amarillo. Notamos que respiramos muy suave y que nos encontramos muy a gusto (...).
Ahora sentimos cómo poco a poco los aros se van deshaciendo en nuestra cara y en nuestra cabeza, retrocediendo hacia atrás (...). También notamos cómo el fuego se va de los hombros y de nuestro pecho. Podemos mover los hombros notando que el fuego ya no está (...). También sube por las piernas, dejando libres los pies, pudiéndo mover los dedos de los pies libremente (...). Ya sólo quedan aros de fuego en la barriguita. También se recogen notando el vientre sin el fuego. Ya sólo queda la bola de la espalda, de la que aún notamos su calor.
Poco a poco esa bola de fuego se va alejando y sentimos cómo el calor que sentíamos en la espalda va disminiyendo, se va haciendo pequeña la bola y se va alejando, alejando, hasta que desaparece y se va viajando hacia el cielo.
Ahora ya podemos abrir los ojos y estiramos las piernas y los brazos y seguimos haciendo clase. "
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