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El meu blog
La mirada.... ¿Qué nos dice un niño o un adolescente con su mirada? ¿Sabemos traducirla? ¿Tenemos suficiente tiempo o paciencia o tranquilidad para conocer qué pasa dentro de la cabeza de nuestro hijo/a? En especial en aquellos “momentos fuertes” de la convivencia con ellos (importantes, trascendentes). Cuando reñimos, ¿estamos atentos a la mirada del niño?¿la interpretamos? ¿O tenemos la interpretación ya elaborada de antemano (“es un caradura...”)? Cuando le damos importancia a algo (los deberes, el orden,...) ¿qué miramos? A nuestro deseo de que las cosas se hagan de una manera o a la mirada del niño? Si miramos nuestro deseo de que las cosas se hagan de una manera, estamos refirmándonos en nuestra necesidad de poner límites, de educar correctamente, de seguir lo que creo que es necesario hacer, de seguir la norma-que-yo-creo-que-tengo-que-aplicar-en-este-momento. Puede que nos sintamos “descargados” (hemos hecho bien) tras nuestra afirmación. El error, por exceso, en este caso puede derivar de la necesidad de controlar antes que de comprender. Es muchas veces la típica situación de conflicto padres/profesores-adolescentes rebeldes. Si observamos la mirada del niño estamos dejando de lado, en parte, nuestro discurso y entramos a observar las reacciones, los gestos, la actitud de la persona-que-estamos-guiando-en-la-vida. Olvidamos las obligaciones y entramos en los motivos -personales, provocadores o huidizos- que llevan al chico a reaccionar de tal y cual manera. El error, por exceso, en este caso puede derivar en la catarsis del adolescente-que-yo-como-padre-no-pude-llegar-a-ser y que proyecto en mi hijo. De estos papás consentidores conozco bastantes casos. Según el budismo, la tercera vía, la del medio, es la que nos mejor aconsejará para poder mirar correctamente cada caso. Con agradecimiento a todos los psicoanalistas de los que he aprendido mucho y sigo aprendiendo.Desat a: Adolescencia, Infancia |