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La clase

08/02/2009 Con un título original mucho más sugerente “Entre les murs”, la película describe una realidad escolar muy cercana a la realidad de nuestros colegios de secundaria e institutos. Desde una perspectiva muy francesa (los alumnos se ponen de pie nada más entrar el director en el aula, hecho poco común en nuestro país), el día a día de los chicos como de los profesores está muy bien reflejado.

Ya desde el primer momento “La clase” nos trasmite esa típica tensión que se siente cuando estás en la clase con unos alumnos listos, poco motivados, reclamando contínuamente una atención personalizada y unos motivos para esforzarse y seguir en el colegio. El "estira y afloja" es contínuo. Los chicos, los alumnos de la clase se pueden corresponder perfectamente a los de cualquier aula en un instituto en algún barrio de nuestras ciudades.Acaso los de la película tienen más educación o cuidado en las formas que los que “los nuestros”. Desde una conmovedora confesión de alguien que admite no aprender nada pasando por el típico “chulito” o la descarada de turno.

De los profesores destaca el protagonista, el tutor de la clase, un profesional como la copa de un pino al que las circunstancias lo van desbordando hasta llegar al episodio de la expulsión, en donde su querida lengua, sus juegos de palabra y su sutil ironía le traicionan. El ambiente del claustro de profesores, la alegrías y las angustias de cada uno se ven retratados en unos planos que se asemejan más a un documental que a una película narrativa-dramática.

Me gustó en especial el desliz del guión hacia las entrevistas de padres. La cara del tutor es la cara que ponemos todos cuando llevamos a cabo dichas entrevistas y nos encontramos con lo que nos encontramos.

Las escenas ponen de relieve la necesidad de una EDUCACIÓN EMOCIONAL para el profesorado, con la que se podrían evitar muchos y variados conflictos. El pretender llegar a imponer una autoridad sin tener en cuenta las circunstancias de cada alumno o del conjunto de ellos (que la película va desgranando casi sin darnos cuenta), es una tarea imposible. Estamos aún ante formas más del sigo XX que del presente siglo.

A destacar la sensibilidad con el director se acerca a las situaciones, el cariño con que trata el tema sin desvirtuar la cruda y a la vez maravillosa realidad de las aulas. Se pone de relieve el AMOR y la entrega profesional que tiene el tutor hacia sus alumnos.

Muy recomendable para todos los interesados en la realidad educativa de la educación secundaria.
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