Si no hay silencios no podemos comprender las necesidades, propias y de los demás.
30/03/2010
Razones, excusas, intenciones, sentimientos, sensaciones....la lista sería interminable. Los psicólogos tenemos que lidiar con estos elementos cada día, en cada orientación y en cada terapia. Nuestra actitud ante el "conflicto", de escucha activa, de cierto distanciamiento emocional nos ayuda en el quehacer diario. Identificar con qué estamos lidiando (un complejo, un hábito, un programa conductual aprendido de pequeño, una falta de información de un proceso, una rabia contenida....) y saber reaccionar buscando el enfoque más apropiado.
Afortunadamente otros campos profesionales van empapándose de estos conceptos psicológicos sobre el cómo tratar a las personas. Hoy mismo me he visto involucrado en un pequeño accidente donde ha intervenido la ambulancia y los enfermeros con una persona. La calidez en el trato, el acercamiento cálido, amable e incluso cómplice del sufrimiento de la persona que se había caído en la calle y se había roto un brazo.
Charlando con el conductor de la ambulancia me hablaba sobre la obligación de los créditos que tienen de psicología en sus estudios.
El comprender a las personas nos ayuda en nuestra vida, allá donde quiera que estemos trabajando. El comprender a las personas es ayudar a comprendernos a nosotros mismos, puesto que "el de fuera" siempre nos hace de espejo de nuestras intenciones, razones, excusas, sensaciones, sentimientos,...
Los silencios nos ayudan a crear el vacío necesario para llenarlo de comprensión, dejando de lado lo superfluo.
Desat a: Crecimiento personal