Autismo
16/10/2010
Hoy he realizado una terapia con un niño autista.
Es difícil comprender qué hay ahí dentro de su cabecita, dentro de su forma de pensar, de ver el mundo.
Para nosotros es caos y más caos. Lo de las “neuronas espejo” * brilla por su ausencia.
Imito en parte sus gestos intentado conseguir algún tipo de conexión. Juego a que me imite y ¡lo ha hecho!!! Ha sido un éxito para mí. Al mover la cabeza de forma repetitiva de una lado a otro, haciendo el payaso -cosa que me encanta hacer, la verdad, hacer reír a la gente-, ha sonreído, le ha gustado y tres o cuatro veces en la sesión lo ha repetido.
Hace ya un año que suele venir por la consulta (la madre no puede seguir una terapia continuada por diferentes motivos) y ha avanzado. Ha avanzado quiere decir que ahora mira a los ojos de forma un poco más seguida que antes, que le dices que se ponga los zapatos y se los pone,....No habla, no. No comunica lo que siente, pero en ocasiones, te mira y tienes la impresión de que te entiende perfectamente y que “pasa” totalmente de ti. Pero totalmente, como si fueras “una cosa”.
El autismo es una de las situaciones que más fascinación despierta entre estudiantes de psicología y que más frustraciones produce, puesto que los cambios, cuando los hay, son muy, muy lentos. Y, a día de hoy, no existe remedio o cura.
*Neuronas espejo son circuitos neuronales que se activan cuando existe una empatía con el interlocutor, activándose los mismos circuitos tanto en quien tiene la experiencia como quien empatiza con ella. Se están investigando como base importante del aprendizaje.
Desat a: Situaciones educativas,
Reflexiones