Investigación: flujos energéticos
15/06/2014
¿Qué es el deseo si no un flujo de energía que tiene llenar espacios del alma, de la psique, del tubo digestivo o de la necesidad sexual?. Desde mi visión terapéutica empiezo a ver cómo con mis pacientes pueden empezar a jugar, a manejar esos flujos energéticos en función del alimento que necesitan y del bloqueo de las soluciones incorrectas llevadas a cabo.
Esos flujos energéticos tienden a unos fines concretos que pueden verse alejados de su natural abastecimiento. Por ejemplo, el poder del hermano mayor que se ve truncado por la competencia, mordaz e inocente -a veces no tanto- de su hermano pequeño. Hay una pérdida del estatus del "ser único", derivado del ser hijo único, que deja un vacío en el alma. Un no-ser respecto al ser anterior. Y ese no-ser provoca ansiedad, angustia ante el "no soy" o "no sé quién soy". Ante dicho desajuste de energía se empiezan a desencadenar una serie de comportamientos que van a compensar ese "vacío de no ser": mal comportamiento, enuresis (hacerse pis) nocturna, agresividad otrora inexistente....
Todo empezó en el cambio de ciclo mal ajustado. En su mundo interno, que tanto el maestro Freud insistió a su manera en dejarnos explicado a través de sus libros, ese vacío, esa sensación, ese salto al abismo necesita su "medicina". Como necesita su medicina un niño maltratado en su infancia que desarrolla comportamientos en su adolescencia, tales como robar o esconder cosas para hacer enfadar a los educadores. Era su "medicina" para sentirse alguien en un ambiente de padres con muchos problemas que lo ignoraban casi siempre menos cuando se portaba mal. Ahora, en un proceso de cambio, repite más de lo mismo.
Pasamos así a una visión del comportamiento donde el "mal comportamiento" o el "comportamiento a corregir" constituye una psicomedicina, de automedicación, de efectos más que impredecibles a corto y largo plazo.
Para aplicar la lógica aristotélica en este caso es necesario recurrir a más elementos que los puramente observables. Si no, la temida pregunta del "Por qué has hecho eso?" nos inundará con su inquietante y perturbador silencio. El educador se queda esperando.
La amplitud del espacio anímico en la psique es algo que difícilmente los psicólogos pueden manejar por el momento. Las corrientes de sanación espirituales centran su atención, con más o menos atino, en dichas áreas. Las cargas electromagnéticas subyacentes a todo el proceso son aún, de lejana comprensión científica para poder dar explicaciones pausibles dentro de un contexto científico. Lo que está claro es que la curación con Reiki o acunpuntura tiene sus efectos palpables y científicamente demostrables, por mucho que les pese a las farmacéuticas. Y que la expresión de las emociones con el terapeuta, una evolución a la luz, al bienestar y al abrazo de la alegría por parte del paciente.
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